viernes, 11 de enero de 2013

Título desconocido

No puedo creer que no sepa hablar. Ni escribir.
Las mejores conversaciones las mantengo en la mente, en la imaginación, conmigo misma, con gente que existe (o que no). No se expresar las cosas en el momento justo, ni cuando tengo otra oportunidad. Solo me quedan las palabras rebotando en cualquier lugar de mi cabeza, del cuerpo, del pecho.
Salen lágrimas, sale rabia, sale un gesto. Pero no salen las palabras. Me enferma, me pudre, me cierra la garganta.
No puedo ni cerrar la idea porque no se por donde empezar ni por donde terminar.
ARGH!