lunes, 15 de septiembre de 2014

Estábamos los dos mirando el mar cuando la tarde moría... como moría lo nuestro, juro que no lo sabía.

miércoles, 30 de abril de 2014

Let the right one in


Es de noche. Entre la nieve y los árboles secos está el club de natación. A través del vidrio están las luces prendidas. Sobre la puerta, con grandes letras blancas, está la palabra “BAD”.
El vestuario se compone de pasillos con muchos lockers blancos y borde marrón. En el piso hay una botella blanca con un líquido amarillento derramado. Oskar es el único en el lugar. Está con un pie sobre un banco, atándose tranquilamente los cordones. Lleva puesta una remera azul, un short celeste y unas zapatillas grises. Su profesor aparece, se para frente a él. Lo saluda. Oskar deja su actividad, también lo saluda. Saca de un locker su toalla amarilla, se la pone al hombro. El profesor se queja del líquido en el piso mientras Oskar va hacia el pasillo de al lado. Escucha una voz que lo saluda. Oskar se queda quieto unos segundos mientras lo mira. Lo saluda también. El profesor anuncia que empiezan los ejercicios acuáticos. Se lo lleva a Oskar con una mano en la espalda. Martín los ve irse y queda solo en el pasillo. Observa hacia el otro costado que una puerta se abre. Un niño le dice que se apure.

En el exterior hay un container de maderas. Unas manos lo rocían rápidamente con un líquido incoloro.

La pileta de natación está iluminada por muchas luces blancas. Sus paredes son beige, celestes y blancas. En el medio se encuentra la piscina, color celeste claro. Hay música. Martín entra. Camina por el pasillo de costado a la pileta. Está vestido con un short blanco, una campera azul y blanca y zapatillas. A su lado pasa corriendo un niño en maya y se tira a la piscina. Del otro lado dos niñas en maya dan pasos en el lugar, como soldados. Varios niños entran y salen del agua.
Martín mira hacia el borde, a lo ancho de la pileta. El profesor también está dando pasos en el lugar como las otras niñas. Al lado de sus pies hay una radio desde donde sale la música. Oskar está frente al profesor pero dentro de la pileta. Está imitando los movimientos. Martín se acerca caminando tranquilamente hacia el profesor. Se pone en puntas de pie para decirle algo. El profesor interrumpe la rutina, agarra las llaves del piso y sale precipitadamente. La música sigue sonando. Martín se para frente a Oskar. Él lo mira.

Afuera, en la nieve, el container de maderas está totalmente prendido fuego. El profesor camina apresuradamente por los pasillos del club mientras se pone un saco. Jimmy lo ve pasar y aguarda hasta que se retire totalmente. Escucha que el profesor pide a los gritos por los bomberos.

Oskar sigue mirando a Martín, quien sigue parado delante de él. Comienza a realizar los pasos que el profesor hacía, siguiendo la música. Oskar sonríe. Le sigue el ritmo. Martín también sonríe. Continúan así un rato. Martín lo mira a él pero también levanta la vista hacia la puerta repetidamente. Los pies siguen marchando.

Jimmy, su hermano y otro chico rubio entran al lugar violentamente. Mientras caminan por al lado de la pileta piden que se vayan todos del lugar. Los niños se van retirando. Los tres chicos van directamente hacia donde están Oskar y Martín. Jimmy saca una navaja. La abre. Camina lentamente mientras la música sigue sonando. Se saca su campera de cuero. La tira en el piso, se arremanga el sweater. Los otros dos niños están parados a su lado. Uno mira al otro.

Jimmy está arrodillado en el borde, mirando a Oskar. Sostienen la mirada unos segundos. Jimmy le pregunta si sabe quién es. Oskar lo mira, agarrándose las piernas. Mira hacia un costado, vuelve a mirarlo, responde que sí. Jimmy le propone un “concurso”: aguantar bajo el agua tres minutos. Oskar sigue mirándolo con timidez. Jimmy le muestra la navaja abierta. Le advierte que si no lo hace le sacará un ojo. Oskar tartamudea diciéndole que es imposible. A Jimmy no le importa. Mira a su hermano. Éste patea la radio, que cae en la pileta. La música deja de sonar. Jimmy cierra la navaja, hace una seña con la mano para que se aproxime. Oskar se dirige a él. Le pide que respire. Lo agarra con fuerza del cabello y comienza una cuenta regresiva desde 5. Los otros chicos observan. Martín da un paso hacia atrás. Oskar respira y cierra los ojos. Jimmy introduce su cabeza en el agua.

Oskar aguanta la respiración bajo el agua. La piscina es larga. La mano de Jimmy lo sostiene con firmeza. El hermano de Jimmy se muerde el labio. El otro chico lo mira. Ve como las agujas del reloj se mueven. Martín muerde sus labios con nerviosismo. El chico rubio se sienta a un lado. Apoya sus codos en las rodillas y se tapa los ojos.

Oskar sigue manteniendo la respiración. Está con los ojos cerrados. Comienza a soltar burbujas por la boca. El hermano de Jimmy lo llama. Él pide que se calle. Martín pide salir de allí. Jimmy vuelve a callarlo. Todos, menos Jimmy, están nerviosos y asustados. Se miran entre ellos. Jimmy mantiene firme la mano bajo el agua.

Oskar mantiene la calma bajo el agua. Lo siguen agarrando del pelo. Se escuchan ruidos fuera del agua. Algo pasa rápidamente frente a él, dejando burbujas. A su izquierda pasan solo unos pies pataleando rápidamente. Van hacia el fondo y desaparecen hacia arriba. Oskar sigue con los ojos cerrados. En el lugar donde desaparecieron los pies cae una cabeza. Cae lentamente al fondo. La mano que sostiene del pelo a Oskar se debilita. Cae ese brazo por delante de Oskar. Sigue manteniendo los ojos cerrados. Una mano femenina lo agarra del brazo y lo sube a la superficie.
Oskar asoma su cabeza lentamente. Mantiene sus ojos cerrados y respira con tranquilidad. Los abre. Los ojos celestes de Eli están mirándolo. Entre las cejas hay gotas de sangre. Oskar sigue mirándola. Sonríe. Ella sigue mirándolo con dulzura. Ellos se van. En la piscina quedan tendidos los cuerpos ensangrentados de Jimmy, su hermano y Martín. El chico rubio está sentado donde estaba.